Arte y Espectáculos

Lizy confiesa: “no estaba en mis planes ser actriz”

En el teatro América, Lizy Tagliani protagoniza "Liberate", un show en el que participan Celeste Muriega, Joel Ledesma y Natalia Nekare. Feliz por liderar la taquilla teatral, cuenta de dónde viene su humor y cómo entiende la vida, má allá de su identidad de género.

Algo de aventurera, siempre chispeante, Lizy Tagliani no tiene problemas en señalar que llegó a la actuación un poco por casualidad, otro poco por buena suerte y en gran medida por tener voluntad, tesón y necesidad de contar algo. “Fui peluquera de Nicole Neuman, de Viviana Canosa y esa gente me decía que tenía que hacer algo, que tenía chispa, pero nunca les presté mucha atención”, cuenta a LA CAPITAL la mujer que lidera la taquilla teatral en Mar del Plata. “Liberate” es la obra que propone de jueves a domingos en el teatro América, un escenario al que llegó tentada por el mismo Carlos Rottemberg, propietario de ese complejo ubicado en Luro y Corrientes.

“Yo estaba en Carlos Paz y Rottemberg le mandó un tuit a Ezequiel Corbo, que es el productor de DaBoPe, en el que le decía: ‘queremos contar con Lizy para Mar del Plata en el 2017′”, sigue. Era el verano del año pasado. Y ella llenaba el Teatro Del Sol con “El show de Lizy Tagliani”. Empezaba el romance teatral del público con esta artista nueva, fresca, en el terreno del humor argentino.

Desde entonces, no para de trabajar. Ahora, este verano, matiza las funciones de teatro con largas horas de grabación en los estudios de Pol-ka. En la comedia “Quiero vivir a tu lado” encarna a una original empleada de una zapatería, de la que es dueño el personaje de Rodolfo Ranni. Otros que participan son Mike Amigorena, Paola Krum, Florencia Peña, Muriel Santana, Alberto Ajaka, entre otros. “Son todos increíbles, estoy muy contenta, aunque con el cansancio típico, pero es fantástico”, asegura.

Antes, el camino a la popularidad actual se lo dio Marcelo Tinelli. Desde “Bailando por un sueño” empezó a ser conocida. Aunque ella recuerda que fue el periodista Santiago del Moro el que la convocó para su programa de radio. “Esa fue la gran punta del ovillo”, marca la comediante.

-¿Contame, cómo te preparaste para ser esta Lizy tan popular?

-Nunca, nunca, nunca. Vos sabes que no lo esperé, no me preparé, nunca estudié teatro ni absolutamente nada. Así que como te puedo explicar… no estaba en mis planes ser actriz. Sí hacía en los boliches stand up, me ponía a hablar pavadas, hacía shows, como para divertirme, para disfrutar, como ir al gimnasio. Algunos van al gimnasio después del trabajo, bueno, yo después de la peluquería me iba a los boliches a hacer los shows, pero nunca me imaginé terminar como terminé, con tanta exposición, con una fama tan linda y trabajando, hacienco teatro, una tira… la verdad estoy feliz.

-¿Sos una actriz cien por ciento intuititva?

-Totalmente, es lo que se ha dado, lo que se dio lo aproveché. Soy una persona que siempre aprovecha las cosas que me gustan y después de eso absolutamente nada, me acostumbro a las cosas que se van dando y que se van gestando.

Hay una relación entre las mujeres trans y el humor, a pesar de que muchas de ustedes tuvieron vidas muy sufridas. Vos misma parecés entrar dentro de este modelo. ¿Te ves así?

-Conozco a muchas amigas trans, compañeras que somos muy parecidas en el humor que tenemos, tenemos salidas ocurrentes, tenemos ocurrencias y tratamos de pasarla bien. En mi caso, yo tengo un humor que trasciende lo trans porque vengo de una familia con mucho humor. Mi mamá y mi abuela, mis tías tienen muchísimo humor, al contrario, me parece que en mi viene más por una cuestión genética y hereditaria. Con sentarnos en la mesa y ver quién cuenta la anécdota más graciosa. Tiene que ver más con eso que con mi forma de vida o mi identidad de género.

-¿Y qué clase de humor es el que tiene tu familia?

-Muy irónico y muy negro. En el teatro cuento anécdotas que tienen que ver con reírnos de nuestras propias desgracias, pero siempre fuimos muy respetuosos, supimos manejar el humor con quienes tenían las ganas de reírse. Nunca nos reímos de cualquiera.

-¿Y de qué cosas te reís sobre el escenario?

-Y mirá… me río casi todo de mis propias desgracias, de mi propia vida, de mi barrio, de la forma en que encaramos la vida en mi familia, de anécdotas que tienen que ver con que yo era una chica y no podía vivir absolutamente todo como si fuera cualquier chica, porque yo era una chica especial y a partir de ahí se gestan un montón de situaciones que rozan lo ridículo, lo humorístico y lo dramático, aunque yo prefiero encararlo por el lado humorístico antes de que por las otras dos aristas.

-Es que más liviano todo con humor…

-Sí, cada uno se carga la mochila como quiere, incluso el dolor a veces es una excusa, como una manera de encarar la vida, cada uno la encara como quiere o como puede.

-¿Sos conciente de que junto a otras chicas trans estás abriendo un camino a la hora de visibilizar esta realidad?

-Me doy cuenta pero no me hago mucho cargo. Si uno puede ayudar a compañeras o a personas a vivir de la manera en que quieren hacerlo, o vivir de una manera más inclusiva, respetando las diferencias y convivir a través de las diferencias, bienvenido sea. Pero no es mi meta, mi meta no es hacer política, mi meta no es ser una luchadora de los derechos de las chicas trans, no tengo una lucha fija por el resto. Lo único que sé es que no quiero hacer algo que perjudique a los demás. Si en mi camino puedo ayudar me gusta que beneficie a todos los seres humanos, no solo a un estilo de persona.

-¿No querés convertirte en una militante de los derechos tras?

-No está en mi esencia. Hay gente que nace y que a través de la política le gusta manejar su vida, o dedicar su vida a la política. Yo hago politica, no vivo de la política, que son dos cosas totalmente diferentes. Cuando vos vas a un supermercado y ves que en la puerta hay una señora con un bebé pidiendo y le comprás un paquete de azúcar y un litro de leche eso también es hacer política.

Se puede deducir que tenés un perfil social.

-Lo tengo puntual y tiene que ver con lo que puedo, no soy fundamentalista de ninguna situación, de ninguna índole, de hecho no estoy de acuerdo con los fundamentalismos, porque a veces los fundamentalismos piden la paz a los tiros y eso es una contradicción. Yo hago lo que puedo, por ahí es una versión tibia o cómoda, pero la verdad es que no estoy cometiendo ningún delito. Así que no me preocupa la opinión del otro.

-¿Cuál es tu meta?

-Vivir, que lo abarca todo. Me gusta mucho ser feliz, pero no me angustia pasar por momentos difíciles. Me parece que si no existieran los momentos difíciles no podría saber lo que es la felicidad. La vida es eso, es inhalar y exhalar, abrir y cerrar los ojos, caminar hacia adelante, caminar hacia atrás, correr, caminar, pararse, sentarse, la vida es todo, no puede ser de una sola manera.

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